ANGF/NOE

miércoles, 21 de marzo de 2012

A continuación os exponemos un pequeño homenaje realizado por un APN a los compañeros retenistas fallecidos el año pasado en Teruel.

Asi como nosotros NUNCA salimos en las noticias,los retenistas son otros olvidados por la prensa y la Administración.


Un año ha pasado ya y todo sigue igual

Un año ha pasado ya.
No. El tiempo no lo borra todo. Seguís muy presentes en nuestra memoria. En silencio, cada vez que alguien dice “Alcorisa”, todos os recordamos. La huella que habéis dejado entre nosotros, no desaparecerá nunca.
Y mientras tanto, seguimos al pie del cañón, listos como siempre para salir rápido en el momento mismo que nos llamen, a vérnoslas de tu a tu con el fuego, con poco más que nuestras manos.

Un buen número de nosotros, pasó estos días por el incendio de la Ribagorza, donde nos vimos las caras negras, tapadas de ceniza de nuevo. Hubo tiempo también para hablar. Todo sigue igual.
Las mujeres y hombres de las brigadas forestales, los de a pie, los que van al fuego a por él con lo puesto, los que se la juegan bien a corta distancia, como hace 30 años, siguen ahí y pocos lo saben.
Sí. Más de 30 años ya acudiendo a los incendios forestales hacinados en todoterrenos, recorriendo cientos de kilómetros por carreteras secundarias y caminos, malcomiendo, maldurmiendo y malcobrando.
Sí. Esos. Los de amarillo. Los que nadie ve. Los que primero llegan y los últimos que se van. Esos son los que apagan los fuegos en el monte. Como siempre.

No se confundan. Vale que los bomberos con sus llamativos camiones rojos y sus trajes azules, hacen buena labor junto a carreteras, caminos buenos y poblaciones. De acuerdo. Pero donde no llegan los camiones, no llegan los bomberos.
Los militares, los de traje rojo y boina gualda, con su lenta y obesa flota, tardan pero llegan también y toman sus posiciones. Enseguida se les ve al lado de los puestos de mando, en los pueblos junto a la gente que los agasaja y siempre alrededor de los medios de comunicación. Tampoco se confundan. No llegan muy lejos.

Sabed amiguitos, que a apagar los incendios forestales al monte, siguen yendo los mismos. Si. Los mismos que hace más de 30 años. Los que llegan a todas partes. Los que una vez que se bajan del coche o el helicóptero, continúan a pie hasta el fuego.
Allí donde surja entre la vegetación una llama, una columna de humo, de noche o de día, en lo más alto o en lo más hondo, allí llegarán las brigadas forestales. Los de amarillo. Donde no llegan los hombres y mujeres de las brigadas, no llega nadie. Tampoco el fuego.

Y siguen igual. Con contratos en precario, jugándosela en cada incendio, sudando bien el mono, por cuatro perras y olvidados del mundo, mientras otros se cuelgan las medallas en sus limpios uniformes, reciben los honores y acaparan los agradecimientos.

El otro día coincidieron un buen puñado de ellos en la Ribagorza. Nadie los vio. Y ahí estaban y siguen aun, lejos de las miradas de todos.

Un año ha pasado ya y todo sigue igual. Las promesas y los buenos propósitos se han quedado en eso. Palabras. El tiempo no lo borra todo, pero las memorias de algunos, enseguida.

Un buen puñado de gente de las brigadas de incendios forestales.
Los del mono amarillo, aunque no lo parezca.


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